Acrílico sobre tela, 75 x 75 cm

En Sueño, el mar no está bajo los pies sino en todas partes. La figura suspendida abre un cauce donde olas y orcas se confunden con el aire, y las vestiduras se tornan corriente. Aquí lo marino no es sólo agua: es memoria, es flujo que sostiene al cuerpo mientras se entrega a lo intangible.

El azul se desborda en capas, chorrea como tiempo líquido, envolviendo peces y nubes en un mismo respiro. En este universo flotante, el sueño no es escape: es una manera de habitar el océano interior.